domingo, 30 de marzo de 2014

0 EL MAGESTUOSO ENTRAMADO DEL DESTINO

Nuestros deseos y ambiciones nos colocan en un estado de conflicto y disputa con otras personas que suelen querer lo mismo que nosotros aspiramos.

¿Cómo evitar inútiles conflictos y enfrentamientos dolorosos e innecesarios?
Recordamos a esta altura de nuestra reflexión las palabras del General Perón: “Cada uno es artífice de su propio destino”. Esta máxima evita que busquemos “culpables” por nuestros eventuales infortunios. Más bien nos ayuda a comprender que nuestra propia conducta y nuestras decisiones tejen el entramado de nuestros días.

A su vez, la sentencia a la cual aludimos se relaciona íntimamente con otra verdad ineludible, la de que:“NADIE SE REALIZA EN UNA COMUNIDAD QUE NO SE REALIZA”  JUAN PERÓN.  Esto nos conduce a comprender que el destino particular está interrelacionado con el de los demás. Que existe un destino individual que no puede escapar del destino grupal. Por esto afirmamos que existe un destino entramado.

La mejor definición de entramado, en el orden social, nos dice que: es un conjunto de acciones o sucesos, pensamientos e intenciones relacionadas entre sí, que forman un todo que interactúan e interrelacionan a los individuos con su destino y el de sus semejantes en común.
Por esto hemos considerado que sólo una conducta ética, prolija y desinteresada nos llevan a evitar los arduos dolores del individualismo egoísta. Comprender a la humanidad como un conjunto indivisible nos hace mirar la vida desde una óptica mucho más altruista y generosa.
Lo que reflejamos hacia  los demás individuos retorna a nosotros en mil formas distintas bajo la intencionalidad primogénita que emanamos.

Así es que cuando alguien perjudica o lastima a una persona establece un vínculo del cual no podrá liberarse hasta no comprender lo nefasto y torpe que es el considerarnos distintos y separados de nuestro cuerpo social.
Por esto, el bien a los demás redunda en nuestro propio bien; es aquello de “Realizarnos, cuando nuestra comunidad se realiza”. Esta visión filosóficamente profunda que Juan Perón estableció como pauta ineludible en el Movimiento Nacional Justicialista es uno de los factores místicos que más vida trascendente le dio al peronismo.  

Estos fundamentos son los que hacen del Justicialismo un factor de unidad nacional, una fuerza conciliadora de clases, una acción política comprometida con las transformaciones dinámicas y constantes, no de revoluciones que fundamentan sus acciones con armas y sangre.
En la vida que es el majestuoso entramado del destino debemos poseer nuestras cuentas saldadas antes de encontrar las diamantinas playas de la paz interior.

Nada comienza ni finaliza, todo fluye en dinámico proceso de evolución.
El bien supremo es el refugio que nos inspira a la compasión universal, comenzando por el vecino más próximo. Atendemos lo universal desde la proximidad más inmediata.  
Todo redunda a favor de nuestra evolución…


           Máximo Luppino

0 comentarios:

Publicar un comentario

 

Archivos de las Columnas de Maximo Luppino Copyright © 2011 - |- Template created by O Pregador - |- Powered by Blogger Templates