domingo, 30 de marzo de 2014

0 Recuerdos

La capacidad de recordar posee un aleccionador encanto guardado en las entrañas de su propia mágica naturaleza. Recordando nos entristecemos evocando los momentos duros, a los amigos que nos esperan pacientemente al otro lado de la orilla del tiempo. También nos alegramos por los infinitos instantes alegres, los momentos de victoria sobre nuestro propio egoísmo que nos asedia como un monstruo voraz.   

Vemos que a través de la fuerza de voluntad podemos direccionar lo que deseamos recordar más frecuentemente; esto es, en realidad, realimentar el tipo de vida estamos edificando para nuestro futuro.

Nos motiva al extremo evocar cómo, hace 30 años,  edificamos y fundamos la Escuela Martín Fierro. No existió dificultad que nos detenga, y si algo sobraba eran los inconvenientes. Pero estos recuerdos y muchos otros en sintonía con el esfuerzo y la disciplina para crecer y evolucionar los traemos adrede en ocasiones a nuestra mente.

Evocamos cientos de días de dura pugna para recrear y realimentar nuestro espíritu de constancia y de lucha. Nuestras victorias presentes nutrirán las páginas de vida del futuro. Un buen hombre, prospero comerciante de la ciudad de Santa María, siempre nos recuerda: “¡Donde cesa el esfuerzo, comienza el fracaso!”…Gracias Dante por tus palabras.

No recordamos habernos dado por vencidos nunca, es como mantener un invicto glorioso en el espíritu combativo que todos debemos venerar.

Hoy, igual que siempre, perseveraremos tenazmente por alcanzar nuestros objetivos; sobre todo cuando un pequeño puñado de desagradecidos ensaya torpes zancadillas.

La constante gota perfora la dura piedra, sobre todo cuando las gotas son de FE y el granito es de egoísmo y vanidad.

Millones de gesto de generosidad hemos recibido en nuestra vida. El estado de gratitud fluye naturalmente cuando tomamos conciencia que el BIEN SUPREMO nos sostiene. Cientos de compañeros han sido generosos con Martín Fierro; a ellos le debemos demasiado.

Ahora, a los soberbios, a los que se esconden detrás de un escritorio, a los que digitan travesuras desde  la sombras de su propia hipocresía, les decimos que van a fracasar.

Recordar es correcto (sin vivir en el pasado) recordar sin rencor a nadie.

Imaginamos con dulce certeza que la semilla añora al padre árbol que la gestó. Como cada gota de agua posee en su interior la potencia del océano. Como cada pequeña flama de vela prendida en el templo añora al SOL que la creó.

Cada hombre tiene una chispa del espíritu de DIOS, por esto desafiamos a los límites y deseamos expandirnos. Expandirnos hasta la infinitud misma. Triunfar no es imponerse al otro. Triunfar es superarnos a nosotros mismos…

Acaso no RECUEDAS de dónde vienes…

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