Hace unos días, escuchamos estupefactos la denuncia que realizaba E.E. U.U. de Norte América sobre la conocida feria “La Salada”; esta feria cuenta con más de 7000 trabajadores entre comerciantes, empleados y changarines. Feria que permite que compatriotas de condición económica humilde puedan vestirse dignamente. La superpotencia planetaria advierte que es una mafia comercial donde se venden productos de marcas falsificadas o adulteradas. Por cierto, no está en nuestro ánimo abalar ningún tipo de acción ilícita. Lo que sucede es que los “denunciantes” son los que ampararon una estafa económica planetaria con su “Burbuja financiera” y la emisión de títulos de valores que no poseían respaldo real alguno.
El gobierno yanqui que nos habla de “Libre Mercado” finalizó subsidiando a bancos y financieras con capacidad operativa mundial. Otros países sostienen materialmente a los más necesitados de su comunidad, a los menesterosos y pobres. El imperio “aceita” sus resortes financieros, verdaderos grilletes usureros de tantos pueblos buenos. Autores del lanzamiento de dos bombas atómicas y bombardear naciones por informes mentirosos de la CIA en cuanto a la existencia de armamento nuclear en Irak. Mentores siniestros de alentar y sostener gobiernos de factos en toda Latinoamérica que ocasionaron muerte y dolor en todo nuestro hemisferio. Sin olvidar el apoyo logístico militar que brindó Estados Unidos a los ingleses en nuestra lucha por nuestras queridas Malvinas. Desde Washington precisaron las coordenadas exactas de nuestra gloriosa nave, el valiente General Belgrano que navegaba fuera de la zona de exclusión, para que fuera atacada arteramente por un submarino nuclear inglés.
Hoy, nuevamente fuerzas militares “aliadas” Bombardean Libia, claro, hay que imponer la democracia en todo el planeta; aunque ésta venga acompañada de incalculables masacres por sofisticados aviones. El libre albedrio yanqui se impone de manera muy sutil e igualitaria, por la razón que otorga los tristemente célebres misiles Tomahawk. Todos los horrores de las guerras, que en buena medida ellos mismos provocan, son “tolerables” para la “ética” imperialista. Eso sí, “LA SALADA” es inadmisible… DIOS nos ilumine para que podamos mantener encendida la llama del discernimiento y nuestros jóvenes aprecien la verdad, más allá de los héroes siliconados de Hollywood.
Máximo Luppino
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