miércoles, 26 de septiembre de 2012

0 ENTRE LA CONVICCIÓN Y EL FANATISMO


Es usual presenciar en nuestra sociedad la confusión de conceptos y conductas. El empleo incorrecto de los términos adecuados y precisos colabora con el imperio de la licuadora, en el que casi todo se entremezcla generando una masa amorfa de confusión crónica.

Para nuestro punto de vista, la convicción es bienvenida en el terreno de una mente fértil. En cambio, el fanatismo es un estado emocional próximo a la ceguera intelectual de la cual hay que resguardarse.
Para intentar apreciar las diferencias entre estos dos términos que corrientemente se confunden, plasmaremos las definiciones correctas de estos términos:
Convicción: se dice de la seguridad de conciencia que tiene una persona de la verdad o certeza de lo que piensa o siente.
Fanatismo: es una pasión exacerbada, desmedida y tenaz, particularmente hacia una causa religiosa o política, o hacia un pasatiempo o hobby.

Cuando las convicciones son sostenidas firmemente y se incorpora una ciega pasión en la causa que se esgrime no es raro presenciar cómo las altas y nobles convicciones se tornan en burdo y cruel fanatismo.
Podríamos afirmar que las personas que portan convicción son fácilmente tolerantes de las convicciones ajenas, y se nutren y evolucionan indagando la amplia diversidad de pensamientos y opiniones del concierto humano.

En cambio, el fanático se enceguece y ofusca ante las manifestaciones de puntos de vistas distintos al suyo. Los términos traidor y enemigo están prontos a ser disparados por la exaltada verborragia del fanático. Incluso prende el fuego de la hoguera o prepara la cuerda de la horca hasta para personas que poco tiempo atrás eran compañeros de camino. La pasional ceguera no le permite apreciar las partículas de belleza que reina en otros criterios. Alguien dijo que: ”¡El deporte preferido de los ignorantes es el fanatismo!”

Concebimos a hombres de fe seguidores de distintas religiones conviviendo en armonía, toda vez que el gran denominador común es un DIOS creador omnisciente, fuente de toda verdad y generador de un amor universal ilimitado.

Los hombres que nos sentimos parte del Movimiento Nacional Justicialista debemos honrar nuestros ideales y exhibir nuestras convicciones con fraternidad y respeto. Recordando aquel tratado del General Perón: “La fuerza es el derecho de las bestias”. Esto es la más concreta manifestación de que los hombres debemos relacionarnos entre sí a través de la razón y la lógica junto a una inquebrantable  tolerancia por las diversas opiniones.
Continuemos esgrimiendo con sinceridad nuestras convicciones sin caer en las garras del fanatismo.

Máximo Luppino.

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