miércoles, 26 de septiembre de 2012

0 SOMOS FAMILIA


Recordamos aquellos conceptos fundacionales de nuestra formación ideológica que hablaban de la FAMILIA como la auténtica e insustituible célula de nuestra sociedad. Aceptábamos naturalmente este sano criterio ya que estaba en perfecta armonía con lo que era nuestra historia. Todos proveníamos de un orden auténticamente genuino y formal que poseía como esquema de referencia el orden familiar.
Los roles de acción estaban perfectamente delimitados, los padres con su unión creaban una nueva familia que continuaba siendo parte de una mayor, que era la de sus progenitores. Entonces las células se asociaban unas a otras conformando un tejido social y cultural que llamamos comunidad. Estas comunidades se transformaban en pueblos. Estos pueblos esgrimían su cultura que les otorgaban una determinada IDENTIDAD, entonces era adecuado a ese pueblo llamarlo NACIÓN.
Más fuertes y definidos son los lazos culturales, mayor determinación poseen las naciones.
Desde siempre a la humanidad le ha costado innumerables sacrificios mantenerse en el sendero de la coherencia. Pero en estos “tiempos modernos” parece todo ser un poco más cuesta arriba, los conceptos de lo que se considera correcto y bueno son cuestionados por un atroz materialismo liberal consumista que enaltece la comodidad y el egoísmo personal como objetivos incuestionables.
Para colmo de males, pareciera que algunos "letrados vanguardistas" pretenden que la Ley ampare la infidelidad, si para algunos la infidelidad no es causal de un conflicto de pareja, que otra causa puede serlo?
El orden natural está siendo bombardeado por los acólitos de la confusión. En ciertos ambientes ser gay o lesbiana, travesti o transexual es equivalente a ser un ser avanzado; un héroe romano o un esclarecido de la raza humana.
Uno de los programas de mayor audiencia televisiva exhibe a hombres vestidos con indumentaria femenina, pelucas coloridas y ostentosos tacos altos. Todo es igual? Podemos saber adecuadamente que impacto cultural produce estos hechos en la psiquis de nuestros niños y jóvenes?
Si sumamos a todos a este movimiento modernista, en el que algunos desean adquirir lícitamente marihuana y cocaína en el quiosco de la esquina sin ser siquiera alertados de lo nefasto de estas sustancias, estamos viviendo una autentica crisis de valores, donde el deber estoico hacia nuestra sociedad pretende ser sustituido por la holgazanería mas decadente que la humanidad haya recordado.
¡”El trabajo dignifica”! La toma de responsabilidades agudiza nuestros sentidos. La lucha por alcanzar objetivos dignos enaltece el alma. La generosidad altruista genera ganas de vivir más allá de nuestra limitada osamenta.
Los deportistas sumamente profesionalizados en lo económico cuidan más su estética que su espíritu competitivo, poseen alergia al sudor combativo.
Volvamos a nuestras bases culturales, saciemos nuestra sed de saber en el aljibe infinito de nuestra historia de sacrificios.
Ocupemos nuestro puesto de lucha, desde el compromiso pacifico de ser personas constructivas. Respetando a los que no piensan como nosotros, pero impidiendo con tolerancia que la excepción se convierta en regla generalizada.
Los argentinos SOMOS FAMILIA. “¡Para cada argentino no puede haber nada mejor que otro argentino”! El general como un profeta estadista divisó fácilmente cual es nuestro error endémico.
El remedio está concretamente manifestado en el libro argentino por excelencia, Martín Fierro, cuando dice:
"Los hermanos sean unidos, porque esa es la ley primera, y si entre ellos se pelean, los devoran los de afuera".
Cuidemos nuestra familia, porque cuidando la familia, cuidamos no sólo nuestra historia, sino también nuestro porvenir.
Juan Perón nos afirmaba:
“¡El hombre es artífice de su propio destino”!
Máximo Luppino

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