El sentido común indica que debemos aferrarnos a todo aquello que es posible y alejarnos de lo absurdo, en ocasiones las cavilaciones especulativas nos expulsan del armónico reino de la razón para conducirnos al desatinado feudo del absurdo. Pretender volar, planeando por sobre las nevadas cumbres de los gloriosos Andes con un submarino, es más absurdo que posible…
Las pasiones inferiores nos emparentan con lo absurdo que, por imperio de su naturaleza, están reñidas con la inteligente razón. Es absurdo enojarse y pelear por simpatizar con clubes de fútbol diferentes, o descalificar al que piensa distinto de nosotros. En cambio, los superiores sentimientos poseen una inteligencia intrínseca, el amor de una madre por su hijo contiene dedicación sentimental y lógica en sus cuidados para el indefenso niño. El patriotismo contiene entrega sacrificada hacia sus compatriotas y hacia la Nación. Es absurdo pretender vivir "sacando ventajas" de toda ocasión, ya que nos coloca en la infantil condición de negar la realidad de la necesidades de nuestros semejantes o, peor aún, el ser tan egoístas como para no importarnos la felicidad y realización de nuestros hermanos. Lo posible nos orienta hacia lo superior, nos asienta en la lumínica región de la fraternidad y de la unidad.
Los jefes de partidos políticos y agrupaciones deben alejarse del egocentrismo ventajista de lo absurdo para acariciar, con profunda dedicación, la certeza de la integración que es mucho más que posible… Insistir en ser candidato a locuaz orador en una congregación de monjes con votos de silencio que anhelan meditar es absurdo y desubicado; aprender de los humildes es posible. En la hermana república de Bolivia es absurdo que las regiones "ricas" pretendan separar al país y no compartir con sus conciudadanos sus venturas y su destino, Evo Morales es el legítimo presidente del país y su mandato es genuino como lo es el destino de grandeza de Sudamérica.
Máximo S. Luppino
Publicado en el DIARIO LA Hoja
 
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