miércoles, 26 de septiembre de 2012

0 Esclarecedoras Denuncias de Emiliani


Sabido es que nada escapa a la mirada aguda y revolucionaria del gran Enrique…Los niños deben percatarse de que los cuentos comúnmente llamados infantiles, en realidad no lo son. Existe un sutil y nefasto entramado imperialista que corrompe la mente de nuestros hijos.
Por ejemplo, parecería que Emiliani estaría denunciando que Blanca Nieves presidía un grupo masón y que los muy conocidos y  fieles seguidores suyos, los 7 enanitos, eran en realidad militantes infiltrados del Rico-Zilocchismo que tenían como único propósito controlar el tráfico de nueces y frutas del bosque.
Tampoco  recomendaría la lectura de Moby Dick. A nadie escapa  que esta impúdica ballena blanca está haciendo apología de una inocultable discriminación racial.
Por otro lado, Caperucita Roja habría hecho un espurio y deleznable trato con el lobo feroz, apadrinados ambos,  por la liga de intendentes peronistas para entornar a la abuela y así,  apropiarse y comerle todos sus bizcochitos recién orneados  y aún calientes.
Pinocho estaría en realidad construido de fina madera de roble y no del popular pino saligna, je je je, todo un mensaje subliminal.
Peor aún es el caso de la Cenicienta, verdadera traidora a su condición social. Deja de fregar pisos para casarse con un noble príncipe. Cenicienta olvida la irrenunciable causa de la lucha de clases para pertenecer a la elitista nobleza. Doble e imperdonable traición...
El chanchito picarón… bucólico y  aburrido en apariencia, auspiciado por la mafia de los laboratorios planeaba en realidad contagiar de gripe A a todo el mundo.
Notablemente perspicaz  Enrique se percató que Hijutus en complicidad con el Doctor Neurus urdió un delicado plan tramado desde un municipio vecino para controlar a Trulalá…
Queridos  amigos: ¿Toman ustedes cabal consciencia de estas trascendentes denuncias? ¿Pueden ustedes sopesar la importancia de estos sutiles tópicos? Una vez más debemos rendir pleitesía en grado sumo al gran Enrique Emiliani que transita por sucios pantanos sin enlodarse y que siempre nos señala  el camino a seguir. Emiliani cree avanzar, ¿hacia dónde?  ¿Con quiénes? ¿Para qué? ¿Pensará Enrique que DIOS creó un mundo tan imperfecto y a una humanidad tan sin rumbo? Está la soledad del poder, también la soledad de la ingratitud… 
Máximo S. Luppino

Publicado en el DIARIO LA Hoja.

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