0 Esperanzas 2010

Es el tiempo un arquitecto implacable, construye incesantemente nuevos escenarios y circunstancias sobre las ruinas de lo que él mismo deterioró. Pero el tiempo es solo el brazo ejecutor de una mente universal que todo lo abarca y concibe. El soberano de los siglos acuna a los tiernos bebes, corretea feliz con los imaginativos niños, llena de rebeldías a los adolescentes, colma de fuerzas a los jóvenes, construye anhelos con nuestros propios brazos, nos regala reflexión y tolerancia en nuestra madurez. El mismo empeñoso tiempo, en la vejez del cuerpo, nos cruza amablemente y con dulzura a la otra orilla de nuestra eterna existencia. Aquello que en ocasiones a los hombres nos parece intrincada madeja de problemas sin solución; resulta ser un luminoso hilo de seda lineal y deslumbrante. Los alfeñiques de la política pretenden sembrar el terror entre la buena gente, cual necios obcecados en sus propios fracasos destilan frustraciones repartiendo “culpas” a los gobiernos de turno. Una vez más recordemos al General Perón cuando manifestó: “¡Cada uno es artífice de su propio destino!”.
La esperanza no es un estado pasivo. La esperanza en un ejercicio constructivo, perseverante y voluntarioso de FE incalificable. A su vez el sentimiento de esperanza no deja de ser una certeza intuitiva de la fortuna divina que al hombre aguarda. El gran monarca del cosmos construyó infinitos universos con un insondable propósito que en parte redunda en la expansión plena de la conciencia de los seres creados. Mientras los fracasados aprendices de Atila “pisotean el pasto” que siempre va a seguir creciendo. El año 2010 va a ser un año muy bueno y positivo, más aún si todos nosotros estamos dispuestos a sumar buena voluntad y tolerancia. Lo que se aproxima a nosotros es lo que de una u otra manera ayer imaginamos y gestamos con nuestras acciones pasadas. La alegría de vivir es consecuencia de nuestro nivel de conciencia. ¡FELIZ 2010!

Máximo S. Luppino

Publicado en el DIARIO LA Hoja.