Los hombres de fe tienen su punto de encuentro en la religión, los seres de temperamento científico encuentran en la lógica su vértice de convergencia, los artistas encuentran en la belleza la infinitud de sus propias almas. Los políticos deben coincidir en el bien común que subyace en toda doctrina socio-política; por fin la humanidad desarrolla su carácter filosófico en la busca de su origen y en la develación de su glorioso destino de libertad, así toda la comunidad mundial rendirá contemplación a La Verdad.
Inadecuado es no construir un punto de coincidencias que oficie como punto de partida de proyectos superadores, el egoísmo tiende a separarnos de los demás, en tanto el altruismo busca incansablemente compartir sentimientos y pensamientos con nuestros hermanos. En nuestro país existe la doctrina del Movimiento Nacional Justicialista, el Peronismo desarrolló el término "compañeros" como un nomenclador espiritual que fraterniza con todos los que comparten los sentimientos nacionales y populares en nuestro universo social.
El Mahatma Gandhi liberó a la India del yugo Inglés desde los conceptos filosóficos-religiosos del Hinduismo y su fuerza moral desarrollada junto a la desobediencia civil, minó la soberbia Británica al punto tal que la India obtuvo su total independencia del histórico usurpador.
Martin Luther King sepultó en Estados Unidos la segregación racial y gran parte de la desigualdad social reinante en el seno de un rígido imperio, lo hizo de la mano de sus convicciones y de sus idealistas criterios. El general Perón junto con Evita reivindicaron a los "grasitas", los "descamisados" fueros protagonistas centrales de la historia argentina.
Aún perdura el aura de dignidad de nuestro invencible Justicialismo que una y otra vez vuelve a luchar para lograr la completa grandeza nacional.
Este es el punto de encuentro nacional para edificar la felicidad de nuestro pueblo y la unión completa de nuestra querida Latinoamérica soberana.
Máximo S. Luppino
Publicado en el DIARIO LA Hoja
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