miércoles, 26 de septiembre de 2012

0 Filiberto


Filiberto duerme y sueña, se recuesta gustoso bajo el aire protector del joven jacarandá. Suele ilusionarse sobre un colchón de hojas secas, se regocija tomando sol, disfrutando de sus horas buenas. Filiberto es un digno can, pertenece a la raza de los legendarios bóxer, que saben jugar su preferido juego celeste con niños y duendes. Su impronta es de pura fidelidad y amor. Mucho sabe de pelear contra la angustia y la soledad que ataca a los hombres desprevenidos. Si hasta parece sonreírnos consolándonos cuando corre intrépido con sus músculos de acero y orejas flotando al viento. Espera inquieto junto al portón de entrada, la llegada de cada miembro de nuestra familia, de su familia, y se regocija profundamente cuando todos estamos juntos en el hogar.
En pocas ocasiones, “Fili” está triste, pero no se permite llorar jamás; se impone la obligación de mostrarse guapo y altivo, fuerte y guardián. Custodio inclaudicable de nuestros días, centinela de todas las cosas simples. Sin lugar a dudas los animales son seres sensibles que posen un alma evolucionante, este es el fundamento de la fidelidad canina, de la solidaridad y sacrificio de los caballos, la capacidad de socorro de los delfines en alta mar a los náufragos, y más, mucho más. La zooterapia es una ciencia en pañales y en los años venideros expandirá sus fronteras con fines aún insospechados. Volvemos sobre nuestros pasos y una caricia redentora y suave se deposita sobre la cabeza redonda y aterciopelada del atigrado Filiberto. El gran Mahatma Gandhi en referencia a los animales dijo: “¡Un país, una civilización se puede juzgar por la forma en que trata a sus animales!” En consonancia con este pensamiento están también las siguientes frases: “Si un hombre aspira a una vida correcta, su primer acto de abstinencia es el de lastimar animales.” (Tolstoy) ; “Las mentes más profundas de todos los tiempos han sentido compasión por los animales.” (Friedrich Nietszche); “La no violencia lleva a la más alta ética, lo cual es la meta de la evolución. Hasta que no cesemos de dañar a otros seres vivos, somos aún salvajes.” (Thomas Edison)
En los momentos de juegos y diversión junto a “Fili” logramos sentir un hombre más bueno emerger de nosotros. Gracias, querido amigo Filiberto.

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