miércoles, 26 de septiembre de 2012

0 RUBRO 59


Caudalosos ríos de artificial moral se han deslizado impunemente por el carnalmente célebre “rubro 59”.  Oferta sexual arancelada regulada por la falta de escrúpulos de obtusos mercaderes de los más bajos instintos del ser humano. El reciente decreto presidencial prohibiendo avisos que incentivan la oferta sexual es oportuno y sacude la hipocresía reinante en buena parte de nuestra sociedad. Lamentablemente, a los gigantescos medios gráficos del país “no se les ocurrió” por propia auto-disciplina abstenerse de estimular el comercio del cuerpo y el manoseo de las emociones, el ultraje de la intimidad. Los holdings informativos se encuentran ocupados intentando digitar criterios públicos o fabricando lobby para favorecer a multinacionales empresas.  Es que los seudo-puros  son versados en la fabricación de fraudulentas identidades, residentes somnolientos de artificiales jardines han etiquetado sus sentimientos, han rotulado sus emociones. Pensar que algunos medios comunicacionales producen lo que ellos llaman: “periodismo de investigación” con la finalidad de evidenciar “hechos de corrupción”; olvidando la promoción comercial de oferta sexual que ellos mismos vocacionalmente publicaban. Es que hasta hace muy poco tiempo eran, los periódicos, “principio y fin” de las opiniones esbozadas, pretendiendo acorralar los criterios ajenos a sus intereses.  ¡Cuántas mentiras camufladas bajo el dudoso ropaje de  la libre expresión!   Es la consciencia y el sincero arrepentimiento de nuestros errores  lo que nos conduce al profundo perdón redentor. No los abultados diezmos que pretenden comprar la “indulgencia” divina. La verdad jamás estuvo en venta. La honra ha escapado espantada de las vitrinas saturadas de falsas conquistas. El fin de la oferta sexual, de lo que comúnmente se denomina el rubro 59 marca un rol sanamente tutelar del estado. Las personas no son mercaderías inertes depositadas en un escaparate de comercio aguardando un cliente que las compre. No debemos ser cómplices ni instigadores de la degradación de los individuos. Más bien es adecuado ayudar fraternalmente a nuestros semejantes. La doble moral reina en los pomposos salones de fina etiqueta con abultados bolsillos cargados de dinero. La hipocresía le dispara a las alpargatas y a las tranqueras. La mentira viaja en autos importados, la verdad anda libre de a caballo con espuelas de sinceridad. Se aleja de los barrios humildes y jamás ingresa en los hogares construidos sobre el auténtico amor. El rubro 59 se acunó en insensibles corazones de indiferentes personas. No sólo es el fin del “rubro 59”, creemos que puede ser el principio de un sinceramiento ético que como sociedad nos debemos. Una profunda introspección nos espera. Lo publicado en un periódico es sólo eso: una publicación, puede ser un reflejo de la verdad, o una sombra de la mentira. Nuestra inteligencia desprejuiciada debe calificar la importancia de lo que leemos. Puede ser auténtico o falso, pasando por todos los matices de grises intermedios. El fin de la oferta sexual es un paso más hacia una sociedad libre, justa, cristiana y humanista.

          Máximo Luppino

0 comentarios:

Publicar un comentario

 

Archivos de las Columnas de Maximo Luppino Copyright © 2011 - |- Template created by O Pregador - |- Powered by Blogger Templates