El celebrado y reconocido sistema político del pueblo, la democracia, requiere de un compromiso moral y dinámico de los ciudadanos, una participación activa del pueblo a través de las organizaciones comunales, de las  ONG, de los partidos políticos, de las entidades deportivas, culturales, religiosas, en síntesis, acción de servicio e inclusión constante de todos en la “cosa pública”. Para que estos conceptos se plasmen nítidamente en la comunidad necesitamos dirigentes serios que no jueguen con el poder que el pueblo delegó en sus representantes ni que por personales ambiciones pretendan “desalojar” del poder a quienes ostentan genuina representatividad. En la realidad política de San Miguel aconteció un fenómeno muy particular, ni bien el genuino intendente Joaquín De La Torre fue proclamado como tal por designio libre del pueblo de nuestro distrito, daría la impresión que un grupo político local pretendió instalar conceptos erróneos y altamente ofensivos  sobre nuestro intendente.
Un aluvión de mentiras pronunciadas se lanzó a rodar por las calles perfumadas del San Miguel esperanzado, y antes que Joaquín De La Torre ingresara oficialmente al palacio municipal ya las versiones conspirativas pululaban por los bares circundantes como una marabunta  sedienta de incautos oídos. El mal gusto estuvo presente casi siempre y las versiones desagradables y cobardes fueron casi inauditas; hace unos meses atrás un reconocido medio local con total buena intención trasmite la “noticia” de versiones que “De La Torre había fallecido”, en otras ocasiones se aseveraba:  “Joaquín el viernes renuncia”, “el intendente pediría licencia”, “Joaquín está gravemente enfermo”… Intentaron inquietar la atmósfera mental con toda suerte de improperios, en todos los casos los chismes direccionados a instalar una imagen de Joaquín falsa no cesaron. Bien la realidad es que el intendente siguió adelante y como lo señala el mandato popular su gestión CONTINUARÁ  hasta el 10 de diciembre del 2011, les guste o no a los lúcidos intelectos diagramadores de complejísimos TA, TE, TI…
Máximo S. Luppino
Publicado en el DIARIO LA Hoja
 
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