Cuando a un pensamiento político o filosófico se le incorpora una dosis de pasión ciega e irracional comenzamos a vaciar el contenido trascendente de las ideas para caer en el abismo del fanatismo. No confundir profunda convicción con fanatismo, la convicción está siempre asistida por la razón e inspirada en una causa considerada noble, constructiva y de servicio al semejante. Fanatismo es la exaltación de una consideración, avasallando irracionalmente los demás pareceres del resto de los hombres.
Reconocemos también que en ocasiones no es sencillo determinar cuándo una acción está motivada por la tenaz convicción o movilizada por el torbellino ciego del fanatismo. Damos como ejemplo la acción de los kamikazes en la segunda guerra mundial. Para el mundo nipón con su cultura de valores que contempla el honor por sobre la vida física eran estos guerreros, genuinos héroes. Para gran parte del mundo occidental los kamikazes eran fanáticos “sin remedio”. Más allá de verdaderas y honestas consideraciones del caso, es sabido también que las acciones son evaluadas según los intereses políticos de los gobiernos o de las fracciones en pugna.
El sentido patriótico es sumamente enaltecido por todas las naciones, y es correcto que así sea, no obstante la deformación del patriotismo puede convertirse en un mal tremendo; el delgado hilo divisorio entre lo correcto y lo aberrante es llamativo. Consideramos que la humanidad fue avanzando en estas delicadas reflexiones y cada vez más los ideales verdaderos se asocian con la construcción, el positivismo y el sentido del BIEN; no con la destrucción de lo “distinto o diferente”. En este sentido reivindicamos la acción política como un ejercicio que evita las guerras y la violencia entre pueblos y sectores en conflicto. Por esto es tan importante la acción racional y pensante en los militantes y adherentes a distintas corrientes filosóficas. La política surge en la humanidad como una necesidad del hombre de manifestarse con disciplina y orden; con convicción sin fanatismos.
Máximo S. Luppino
Publicado en el DIARIO LA Hoja
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