0 El Garrote no dialoga

La humanidad pugna por más comunicación que acarrea comprensión y amplitud de criterio, fruto del conocimiento de diversos puntos de vista.
La predisposición a entender los variados enfoques mentales de nuestros semejantes enriquece nuestra adaptabilidad intelectual y anímica, lo cual es sumamente provechoso. En la flexibilidad estriba la verdadera fortaleza, en tanto que la intemperancia denota debilidad; una sabia sentencia milenaria afirma: "El bambú se dobla pero no se rompe", cuando los vientos de las contrariedades soplan fuerte sobre nuestras vidas nos adaptamos, pero no nos quebramos, seguimos coherentes a nuestras raíces que nos empujan a sobrevivir y luchar para sutilizarnos.
Se esbozan "discretamente", entre conversaciones, currículos no solicitados o se trae a la mesa de charla "epopeyas pasadas" que tratan de influenciar y presionar para imponer algún punto de vista particular; cuando no, de forma más grosera, se "chapea" con bienes materiales: autos, casas o posiciones laborales con influencias impensadas. Todo esto está enmarcado en lo que llamaríamos "la filosofía del garrote", el axioma es imponerse a cualquier precio; es sabido que: "el garrote no dialoga"…
Lo que necesita nuestra sociedad es diálogo y tolerancia, pero de manera legítima y sincera, sin dobleces. De las fidedignas asociaciones brotan las grandes empresas, del intercambio de tendencias mentales nacen los acuerdos que nos permiten crecer con pluralidad de dogmas.
Es mejor ser una pincelada benigna de un paisaje liberador a pretender ser "el único jefe" de una quimera inexistente y retrógrada. Los hombres somos "parte del universo" llamados a comulgar con el TODO, este derecho es trascendente y le pertenece a toda la creación por igual, más allá de las ideologías, nacionalidades o el color, es el BIEN que impera sobre todos en forma de ideales de libertad inclaudicable.


Máximo S. Luppino.

Publicado en el DIARIO LA Hoja el dia viernes 08/02/2008