El ansia de gloria busca emerger en toda disciplina y en cualquier actividad que lleve nuestra “celeste y blanca” en alto.
Ganar o perder marcan dos momentos opuestos, sonrisas o lágrimas, exaltación o depresión, adhesión o rechazo; entereza es no marearse con los triunfos y no deprimirse en las adversidades. Ser UNO MISMO a pesar de las circunstancias es el camino a seguir.
El genuino acero de la valentía se gesta en la dura forja de la disciplina con constancia y sacrificio.
Por estos días los singulares logros deportivos del seleccionado nacional de Rugby, “Los Pumas”, nos presta un aire fresco de libertad y realización; como si el: ¡ES POSIBLE! barriera el escepticismo colectivo que parece invadirnos.
Trabajo en conjunto, fuerza de voluntad, espíritu de sacrificio y un emocionante AMOR por la “camiseta” son los términos que conjugan estos deportistas con total familiaridad; sin dudas debemos reflejar estas cualidades en nuestra vida cotidiana, en nuestros compromisos y obligaciones.¿Es posible que en la solemne soledad de nuestra intimidad nos exhortemos a “jugar” la vida con íntegra dedicación?¿Podemos edificar días de gloria y dicha desde la cotidianidad?
La respuesta es un soberano ¡SÍ PODEMOS!¡LOS PUMAS PUEDEN! ¡TODOS LOS ARGENTINOS PODEMOS!
La fábrica, el almacén, la oficina, el aula, la calle, son todos lugares de aprendizaje y experiencia; juguemos el “GRAN JUEGO” sin miedos, con agradecimiento constante por estar vivos y poder expandir nuestra comprensión luego de cada prueba que superamos.
Máximo S. Luppino
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