Los laboriosos mineros excavan meses enteros entre rocas, polvo y comunes minerales para así poder, luego de mucho esfuerzo, encontrar el tan preciado oro con todo su amarillo fulgor. Asimismo entre enormes muchedumbres sedientas de personal egoísmo, se elevan gloriosos y libres, sólo un pequeño puñado de indómitos, que buscan el bien común. La teoría de “los muchos y los pocos” es realmente aberrante, ya que ataca el principio ético fundacional de las grandes culturas de la humanidad; preciada verdad que nos emparenta eternamente con todos nuestros congenes. También es cierto que muchos de los portadores de la cara de Ernesto, “el CHE” Guevara en su “insurrecta” vestimenta, no sólo no son capaces de comprometer su trabajo para su comunidad, sino que el olor a pólvora les produce una severa alergia hormonal que algunos califican como: “¡Atroz cagaso al combate!”...
Fácil es romper, incendiar, destruir, dividir y hasta matar en nombre de “Un mundo mejor”; de la violencia y las balas nada bueno aflora, esta verdad es tan universal que poco importa la bandera representada, sólo la cultura y la solidaridad libera a los pueblos. Un adecuado gesto de bondad es el de colaborar en crear las condiciones de un pensamiento propio y auténtico para que todo individuo pueda ser el autor genuino de su propia vida y no un apéndice de utilidad para ajenas ambiciones…Debemos forjar líderes en la realización de su propia vida y en el desenvolvimiento evolutivo de su comunidad, y no borregos mal guiados a un triste destino de “chusma vil”…
“El poder tiende a corromper al hombre”, y la cruel tentación de “teñir” los momentos ajenos con nuestro propio color es vergonzoso, entre la “piedra común” y el “fino diamante” existe un lazo de parentesco tan íntimo que pugna por develarse cada día, en todos los segundos y en cada suspiro…Apostemos al hombre libre y no a la “chusma vil” disfrazada de idealista…
Máximo S. Luppino
Publicado en el DIARIO LA Hoja
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