miércoles, 26 de septiembre de 2012

0 Margaritas Silvestres


La nitidez conceptual transparenta la expresión. La correcta definición de las palabras junto a una definida direccionalidad de intención facilita la comunicación. Las travesuras de redacción y las chicanas políticas estancan y enturbian las aguas de la amistad. La naturaleza es el traje de creación infinita que DIOS se coloca para mostrarnos su absoluto y divino poder. Las aguas que un día nos perjudican con inundaciones o daños tremendos, son las mismas aguas que saciaron la sed de la humanidad por incontables siglos. Los atajos y “caminos abreviados” son promesa segura de un futuro problema. Las aguas transparentes son admiradas y deseadas, las conductas claras son respetadas. El divisionismo artero se enmascara de sana intención, como las plantas venenosas que crecen cerca de los hermosos y blancos jazmines. Si preguntamos aseverando no es sano interrogante, puede ser una declaración contundente travestida de inocente incógnita. Violencia es también victimizarse falazmente y faltar a la sinceridad. Todo comienza con un solo tímido primer paso, a este paso le sucede otro y otro hasta convertirse en audaz marcha pujante.
Todas las palabras son igualmente importantes, ya que guardan un lugar específico en el mundo del pensamiento. Después de todo, las palabras son benévolas ramas del árbol del pensamiento. Pero nuestra condición humana nos reserva algunas selectas palabras que de ninguna manera debemos profanar: belleza, verdad, justicia, amor, etc. La verdad es de condición universal e infinita; es por esto que varias personas podemos abrevar en un mismo tiempo en ideas de verdad y parecer que hablamos de cosas distintas y hasta contrapuesta. Cuando en realidad, si hay honestidad de intención, todas las partes estamos develando un aspecto relativo de la SUPREMA VERDAD que es absoluta. Cuidemos las cristalinas aguas con nuestro manto de dulzura inocente. El que pretende engañar se miente a sí mismo. El profesar cariño y amistad ¡todo lo perdona!, ¡todo lo contiene!...


Máximo S. Luppino

Publicado en el DIARIO LA Hoja.

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