miércoles, 26 de septiembre de 2012

0 Me opongo


Los éxitos y fracasos de un país son consecuencia de una delicada y exacta ecuación de responsabilidades compartidas. Si bien en la fotografía inmediata las autoridades gubernamentales de turno cargan con una indiscutible dosis de mayor responsabilidad, no es menos cierto que si hay errores “oficialistas” es, en buena medida, por la inmadurez de una oposición ventajista y especulativa. A los oficialismos de turno se le critica lo adecuadamente criticable, y está muy bien que así sea, pero también se los responsabiliza por los días nublados o los de demasiado calor.
Generalizar los conceptos es un sesgo de intolerancia e ignorancia a la vez. Así es que honramos a los “oficialismos” que no abusan de su circunstancial poder. De la misma manera, valoramos y reconocemos las “oposiciones” constructivas. Si lográramos pensar en términos de Nación, todos los sectores políticos confluirían en los grandes denominadores comunes que pugnan por forjar una patria grande y un pueblo feliz. Pero las mezquindades que reinan por encima de cualquier ideología no nos permiten escapar de esta verdadera trampa mortal. El “¡me opongo!” sistemático es exasperante, pretendiendo conducirnos a una inmovilidad estática que deteriora toda posible iniciativa productiva. Hay argumentos esgrimidos que poseen ribetes tragicómicos, como el de: “Y cuando se descomponga”… Es como oponerse al uso de automóviles porque existe el riesgo potencial de choques y accidentes viales. Sería como oponerse al uso de la electricidad ya que en ocasiones algún ciudadano muere electrocutado. Pensar en positivo es saber que inconvenientes de seguro van a producirse. Pero más seguro aún, es saber que como Nación los vamos a superar.
Tarde o temprano, algunos acostumbrados a ser “cómoda oposición” les va a tocar gobernar, recién ahí, en ese crucial momento comprenderán la tremenda magnitud del “peso del poder”. Mientras el reiterativo “¡me opongo!” continua, el Peronismo sigue gobernando y ejerciendo el poder.



Máximo S. Luppino

Publicado en el DIARIO LA Hoja.

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