Accidentes, inundaciones, heridos y todo suceso policial encuentran en el compañero Aleksiejoner un auxiliar desinteresado y eficaz… Si la penuria golpea la puerta de un necesitado…”palito” arrima, “palito” empuja, “palito” colabora para pasar el mal rato.
La gorra engalanada sobre su rostro sincero nos recuerda al soldado heroico que jamás dejó de ser. Para “palo” Malvinas es “un nudo en la garganta”, “una herida abierta”, su legado de hombre valiente lo regalará a sus amorosos hijos cómo la más pura herencia del soldado argentino. Lo imaginamos en algunas noches evocando las jornadas malvinenses bajo el despiadado fuego enemigo y pensando en un día volver a nuestras queridas islas, para con sus propias manos izar el pabellón nacional en nuestro recuperado territorio.
Aleksiejoner, el combatiente, el idóneo personaje de defensa civil, el concejal, el amigo, el mismo de siempre. Incontables anécdotas brotan de los labios de “palo”; se entrega a la relación “con todo”, sin reservas. Entero y digno es el compañero que hoy homenajeamos en estas sentidas líneas. Los hombres nos acostumbramos a las personas y a las situaciones, pronto la rutina tirana se adueña de nuestra creatividad y pareciera que encierra nuestras ganas de vivir, pero DIOS acude al rescate con millones de estímulos que nos recuerdan que tenemos que seguir marchando hacia la infinita gloria. Al grupo Martín Fierro le gusta ser amigo de “palito” porque es una relación sana y genuina; también le enseñamos a nuestros más jóvenes que ese hombre, lleno de aparatos de comunicación, es un héroe de Malvinas que peleó por su nación y que en el combate feroz nos representó bravamente a todos nosotros. Por eso, cuando charlemos con Aleksiejoner o lo veamos pasar raudamente a socorrer a algún vecino, tengamos en cuenta que estamos viendo a un pedazo viviente de nuestra reciente historia. “Palito” no habló de imperialistas, peleó contra ellos...
Máximo S. Luppino
Publicado en el DIARIO LA Hoja
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