La política san miguelina es un tango en sí misma, ¿será como “Uno”?, “uno busca lleno de esperanzas…” ¿Será, tal vez, “Volver” con la frente marchita…?”Mientras no sea un resignado “Cambalache”, seguiremos remando para construir jornadas más dulces y armoniosas.
No obstante para que los “melones se acomoden” se necesita del movimiento certero del carro, cuando el carro marcha hacia delante inequívocamente, sin “idas y vueltas”, todas las dificultades se superan. Ahora, si la vacilación se instala como un estilo de gobierno, es probable que aparezcan dificultades adicionales propias de la falta de señales claras.
Todos los bien nacidos trabajan por el bien de San Miguel, más allá del rol circunstancial que nos toque jugar; pero es hora que los “forwards” empujen mucho más…Llueve, el terreno se torna barroso y no “entendemos” los mensajes del director técnico. Pero los jugadores quieren jugar y la adrenalina contenida crispa sus vigorosos músculos que reclaman acción. La gestión condenada al fracaso es aquella que no se lleva a cabo, el episodio que está forzado al cruel ostracismo es aquel que hemos pensado y por “dudas” no pudimos concretar. Cuando las intensiones definidas salgan del aturdido “Pozo de sombras” la luz ganará la batalla final y por fin, la realización de los objetivos, ocupará el centro de la escena. No olvidemos que la política es un “juego” de equipo y las individualidades “morfonas de la pelota” restan en vez de sumar, todos son necesarios, el aguatero y el alcanza pelotas, todos sin exclusión.
Al final del día, volveremos al hogar celestial sudorosos, cansados e inmensamente felices por el deber cumplido y las experiencias cultivadas, daremos cuenta a nuestra íntima consciencia de nuestras decisiones, entonces y, sólo entonces, otra perspectiva aparecerá delante nuestro para emprender otra jornada de desafíos.
Máximo S. Luppino
Publicado en el DIARIO LA Hoja
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