Una sola pincelada sobre el blanco lienzo es un trazo solitario e inexpresivo. Una nota musical, huérfana y aislada en el espacio, añora la soberana grandilocuencia de la orquesta. Una sola palabra escrita en la arena lucha heroicamente para conformar una oración gloriosa y perfecta en la pluma del poeta. El individualismo egocentrista está reñido con los ideales de la “comunidad organizada”, la politiquería conjuga el “yo”, en tanto que la verdadera vocación social del estadista verbaliza el “todos”…
En vísperas de las próximas elecciones internas del partido Justicialista existe un puñado de compañeros peronistas que sueñan con la posibilidad de la tan anhelada lista de unidad. También sabemos que las elecciones son necesarias al fin de que se establezcan genuinos liderazgos, pero desde hace mucho tiempo se establece “unidad” en la esfera nacional y provincial, mientras que en los distritos los “soldados pelean, los oficiales acuerdan”; dicho en otras palabras “guerra despiadada abajo, cena de conciliación arriba”.
La inteligencia nos sugiere que, si la dirigencia peronista de San Miguel sueña con ser protagonista de las páginas de historia que se van a escribir en la provincia y en la nación debe realizar un esfuerzo heroico para encontrar el consenso y la unidad. Siguiendo el designio de los ideales desinteresados, se encontrará el supremo beneficio de nuestra comunidad. La fórmula de unidad es difícil de encontrar, pero no imposible. Por supuesto existirán los muchachos de vuelo bajo que siempre querrán “ganar solos”; en ocasiones se ganan batallas pero se pierde la guerra…
La unidad tarde o temprano se logrará, se gestará desde la madurez moral o sobre el despiadado escenario de ruinas y cadáveres. Soñamos con ser una dulce pincelada en un cuadro perfecto que inspire armonía y felicidad, aportar a la unidad como única vía posible para lograr los elevados objetivos del bienestar general.
Máximo S. Luppino
Publicado en el DIARIO LA Hoja
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