miércoles, 26 de septiembre de 2012

0 Ecuación de Vida


Las fuerzas que trabajan en nosotros, en su gran mayoría, nos impelen a evolucionar. Nos empujan a emprender nuevos desafíos, a correr hacia arriba y hacia delante el mojón de nuestra frontera de comprensión. Pero sin lugar a dudas el imperio de nuestro libre albedrío nos permite optar y ser más veloces de paso o aletargarnos y convertirnos en perezosos retrasados. También nuestras constantes decisiones nos permiten aprender directa y fácilmente o de forma indirecta y tortuosa. En alusión a este tema el gran Emerson decía: “¡Caballo voluntarioso no necesita espoleo!”.
Sabemos que la pereza y el conformismo son visitantes indeseados que tarde o temprano visitan nuestro hogar mental, a menudo sin haberlos invitado. Pero si nuestra fuerza de voluntad es superior a las cargas energéticas sedentarias saldremos adelante rápidamente. Las fuerzas positivas deben cultivarse, los pensamientos altruistas conducen a acciones fraternales. Siempre en nuestro corazón hay sentimientos encontrados. El egoísmo nos sugiere especular, “sacar ganancia” de toda eventualidad, más nuestra alma nos conduce a trepar a mayores alturas de comprensión. Nuestras vidas transcurren entre estas ecuaciones de energía. El ideal de vida nos sugiere trabajar, adelantar, emprender, ser solidarios y positivos. Por otro lado, los hábitos erróneos del ayer no quieren ser desalojados de nuestra atención. La vida es completa e infinita; para llegar a la paz interior tan anhelada debemos pasar primero por el escabroso campo de batalla de nuestras intenciones genuinas.
Las Naciones que fijan su atención en el pasado más que en el futuro están estableciendo una errónea ecuación de fuerzas por que reviven constantemente innumerables conflictos ya pasados. Fijar nuestros objetivos en la edificación de un futuro prominente significa vivir en el hoy valioso e irremplazable. Los hombres debemos ejercer una constante introspección, ya que esto significa vigilar nuestros móviles de acción. Si pensamos honestamente, indefectiblemente actuaremos bien. Significa esto una adecuada ecuación de vida.

Máximo S. Luppino

Publicado en el DIARIO LA Hoja.

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