martes, 25 de septiembre de 2012

0 El imperio del dedo


La libertad de pensamiento, precede a la libertad de acción, fundamento indispensable paa el legítimo ejercicio del libre albedrío.
Es en el ejerciocio de la plena libertad donde las democracias florecen.
Se torna difícil pensar en una democracia sin partidos políticos sólidos, partidos políticos sin elecciones propias para determinar sus legítimas autoridades, ni plenarios de afiliados donde unificar criterios que determinen acciones a seguir.
Como sociedad pasamos del absurdo del "que se vayan todos" a la abolición de internas abiertas y obligatorias, de no tener elecciones partidarias de "ningún tipo" a aceptar mansamente los "designios dirigenciales" y entronar, a los "elegidos, por el caprichoso dedo todopoderoso".
¿No será momento de desempolvar los solemnes conceptos de LA COMUNIDAD ORGANIZADA?.
La libertad se ejerce, y pareciera que lo que no ejercitamos, tarde o temprano, ¡lo perdemos!.
"La moda es uno de los peores enemigos de la humanidad". Es el imperios de la sin razón, pero esto es doblemente nefasto cuando este mal se establece en el "mundo de las ideas" y "demonizamos", a diestra y siniestra, por la comodidad de buscar "culpables" fuera de nuestra responsabilidad.
Todos tenemos un grado de responsabilidad por lo que nos sucede, pero si nos equivocamos en la acción y en el trabajo sincero, quedara el aprendizaje; entonces, en realidad, hemos triunfado ya que aprendimos.
Pero el error de no actuar, no participar, no decidir, no poseer pensamiento propo nos anula como individuos y como ciudadanos.
Determinemos por nosotros mismos nuestros criterios y pareceres, aceptemos lo correcto y lo bueno donde lo encontremos, actuemos sin fanatismos y ejerzamos nuestros derechos todos los días y a cada momento.
Es trabajosa y responsable la tarea del buen ciudadano, pero ejerciendo la solidaidad construiremos una comunidad más justa.


Máximo S. Luppino

Publicado en el DIARIO LA Hoja 

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