La interacción y la correspondencia son pautas generales vigentes en la creación toda. La naturaleza está profundamente imbuida de estas insoslayables características. Los bosques y las lluvias, el fluir del agua dulce en su duelo ancestral con los áridos desiertos; los cultivos, plagas y pesticidas son algunos de los factores que actúan en correspondencia unos con otros produciendo resultados de índole múltiple. Todo esto regido por el deslumbrante sol que todo lo ilumina y estimula. ¿Podemos los hombres ignorar en nuestra constitución social y política estas majestuosas leyes de interacción y correspondencia? ¡Claro que no!... No tener en cuenta a nuestros semejantes en la constitución de nuestras ideas es el principio de un lamentable error. Los hombres no somos islas separadas unas de otras, apartados por un fantasmagórico mar de ilusión. Los seres estamos incuestionablemente unidos, “un estornudo aquí, es un resfrío allí”… Podríamos considera a la política como la acción inteligente por excelencia que debe armonizar los intereses generales, guardando con delicada cautela que todos los individuos puedan manifestarse y sentirse parte activa e importante de una sociedad evolucionante. Para producir el movimiento de la rueda de correspondencia debe existir un fuerte envión de onda solidaridad, de esta manera las personas sintonizadas con el deseo de mejorar y avanzar se unirán a esta gesta idealista. El ofrecer “la otra mejilla” no es sólo un gesto de mansedumbre y humildad, en realidad es un profundo ejercicio científico que estimula las acciones apropiadas y correctas. El arte inherente en la acción política es aquel que nos persuade de la importancia de actuar idóneamente con responsabilidad ciudadana y amorosa ética social. El Justicialismo así lo comprendió desde su mítico nacimiento, Juan Perón y Eva Perón pusieron en marcha el complejo andamiaje de un sentimiento de justicia y solidaridad, donde se combatía la indiferencia y el individualismo ¿Podremos repetir aquella profunda epopeya?
Máximo S. Luppino
Publicado en el DIARIO LA Hoja.
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