En el magnífico jardín de la creación todo fluye bajo el soberano imperio de la ley de evolución, nada permanece estático, el movimiento signa con su presencia todo lo manifestado. Las acciones emprendidas con su intencionalidad a cuesta viajan enérgicas por el inmortal éter viviente. Llega el día en que lo enviado al cielo acaricia las perfectas estrellas del destino, entonces los vientos de los nuevos tiempos nos devuelven los frutos de lo sembrado… La ley de Causa y Efecto ordenan los acontecimientos que llegarán inexorablemente a nuestras vidas.
La casualidad no existe, lo fortuito es aparente, siempre impera la ciencia con su exactitud adecuadamente medida. Pensar en un universo sin una inteligencia cósmica que lo dirige y ordena, es más que pueril; creer que la ilógica “casualidad” dictamina el matemático orden del universo en una armonía de expansión y contracción es casi insolente para la actual comprensión humana.
Así es que cuando analicemos los acontecimientos de nuestra vida, busquemos en nuestras acciones pasadas las razones de nuestro destino presente. Cumpliendo alegremente nuestras actuales obligaciones con estoica laboriosidad y autocontrol estaremos edificando un futuro de libertad y gozo celestial. Todo es posible concretar si se trabaja disciplinadamente lo suficiente para lograrlo. La cíclica rueda de la historia continua girando sin cesar jamás, colocando a los actores en escena según los designios de los deseos y las lecciones que nos aguardan clamorosas para ser abordadas por nuestro entendimiento.
Todo lo que apreciamos en el mundo exterior está de una u otra manera relacionado con nosotros; y nosotros pertenecemos a ese TODO viviente que se manifiesta constantemente. Lo extraño es circunstancial, lo familiar es definitivo. Siempre busquemos en la razón el origen de los acontecimientos, la suerte es una máscara donde se oculta la ciencia. La superstición y la moda son voraces enemigos de la humanidad, la filosofía y el arte son los redentores del hombre.
Máximo S. Luppino
Publicado en el DIARIO LA Hoja
0 comentarios:
Publicar un comentario