Mentir es negar la verdad. Mentir es lastimar la razón, alterar el natural orden de las situaciones. La mentira es la sombra ladina de la refulgente realidad. Cuando mentimos conducimos a nuestros semejantes hacia un paraje árido, desértico y desolado, sin perfumadas flores ni coloridos pájaros; un sitio donde el engaño reina con sus atributos de dolorosa desazón.
Mentir es vaciar de contenido a las palabras, dejar sólo una ilusión en el aire cual un fantasma errante sin corazón, engañar en la buena fe a nuestros hermanos es uno de los hechos más violentos e injustos. La verdad carga de infinita energía nuestros mensajes, genera confianza, esperanza y profunda certidumbre. Mentimos para engañar, por insatisfacción con nuestras actuaciones, y equivocadamente falseamos los hechos otorgándonos un protagonismo que no hemos desarrollado. Luego para ocultar esa mentira esbozamos una mayor y así establecemos un círculo vicioso que nos deteriora profundamente.
Lamentablemente en nuestra sociedad la mentira no sólo es moneda corriente, sino que “culturalmente” se torno nefastamente “aceptable”. El ejemplo más corriente y drástico es el de las publicidades, ¡Usando loción “pirulo” la calvicie se eliminará y el cabello resurgirá! Al cabo de varias semanas el crédulo cliente sigue pelado como una bola de billar…Yogures que alimentan, previenen enfermedades, desarrollan inteligencia y además sortean un viaje a Disney Word; está claro: el objetivo es vender. Un vendedor exalta su producto descalificando arteramente a su competidor.
El engaño está al asecho en todos los rincones, algunos periodista mienten adrede para generar polémicas, o para esconder sus mediocridades, vender publicidad y aumentar su notoriedad. Muchas campañas políticas se han basado en promesas que, a sabiendas, no se van a cumplir, engañando y mintiendo edifican una nueva frustración social. Cuando un hombre aprueba su propia conducta y está orgulloso de SER quién ES no tiene sentido mentir ya que valora la gloria de su identidad.
Máximo S. Luppino
Publicado en el DIARIO LA Hoja
0 comentarios:
Publicar un comentario