Nos preguntamos: ¿Como sociedad debemos facilitar el acceso de aquello que daña el cuerpo, ciega la mente y corrompe nuestra voluntad? Por un lado, los médicos, educadores y facultativos nos relatan los efectos tremendamente nocivos de los estupefacientes y, en franca contradicción, se pretende despenalizar el consumo de los mismos. ¿Cuál es entonces el mensaje que le enviamos a la comunidad y sobre todo a nuestros jóvenes? Es verdad que "castigar" a un enfermo que es en definitiva una víctima es erróneo, pero se debe rehabilitar y sostener al individuo con seguimientos comprometidos y estrictos por parte del estado.
Despenalizando el consumo sólo lograremos la multiplicación del mal y la propagación de los narcóticos con el daño irreparable y funesto que los mismos acarrean. Drogas de alcance fácil y directo, en una comunidad que en su conjunto le cuesta moderar la forma de vivir, es por lo menos insensata; coloquemos como ejemplo las tremendas estadísticas de accidentes viales, en su mayoría por irresponsabilidad y negligencia de los conductores. Sumemos el desenfrenado consumo de alcohol que colabora con la violencia cotidiana y la inseguridad reinante; si le sumamos más drogas en las calles a priori nos llevaría a pensar que las situación general empeoraría.
El bien supremo del hombre es su conciencia y todo lo que opaque o eclipse esta divina luz debe ser superado y desterrado, ya que gracias a nuestra conciencia desplegada en continua expansión la verdadera libertad se alcanza. Los argumentos sinceros contrarios son profundamente respetados, pero no prestemos atención a los falaces "cantos de sirenas" que nos hablan de "nuestros derechos" cuando en realidad defienden sólo sus mezquinos intereses; algunos argumentos huelen a mortaja funeraria adornada con artificiales flores sin perfume.
Facilitemos el acceso de la sociedad al deporte y a los maravillosos cuentos literarios, en este universo de luz real la droga no existe…
Máximo S. Luppino
Publicado en El Emubudo de Sebastián Dumont
Publicado en el DIARIO La Hoja el dia viernes 18/04/2008
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