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"La acción política es profundamente gestual", agregaríamos además, que es un complejo universo lleno de simbolismos, de aparentes marchas y contramarchas. Hoy es un hecho concreto que el presidente de los E.E.U.U. es un hombre de color, un ciudadano afroamericano, esta realidad actual era impensada hace 50 o 60 años atrás, esto por sí mismo ha despertado un torbellinos de esperanzas mundiales.

Un buen número de personas piensan que el origen racial del flamante presidente norteamericano agregará una dosis de sensibilidad y equidad que ha estado dramáticamente ausente en los recientes huéspedes de la Casa Blanca. ¿Recordarán los genes de Obama que sus antepasados recientes fueron apaleados y esclavizados por los hoy llamados, "campeones de las libertades"?, ¿que en la actualidad existen millones de personas, pueblos y naciones enteras que están jaqueadas por las despiadadas políticas imperialistas de "Gran país del Norte"? como les gusta calificar a E.E.U.U a algunos periodistas que se asemejan más a alegres cortesanas amigas de La Celestina que a honestos intelectuales. Opinemos lo que opinemos es incuestionable que se espera de Barack Obama mucho, tal vez, demasiado.

El escenario mundial está edificado de tal suerte que el cambio puede ser posible, los ingredientes indispensables están presentes: Profunda crisis económica, replanteo ético y moral de los pueblos sobre el hombre y su destino, y por último la profunda FE que subyace en las naciones de que entre todos podemos construir un mundo mejor, más justo y solidario sin guerras ni hambruna. La violencia jamás va a ser el camino para enmendar los problemas del planeta, la "solución de las armas" es sumar más dolor a los que menos poseen, y es la excusa requerida por los malvados para lanzar mutilación y muerte sobre los inocentes. Nosotros también soñamos, deseamos que Obama se inspire en los ideales de Martin Luther King para gobernar su país y relacionarse con el mundo desde otro lugar.

Máximo S. Luppino

Publicado en el DIARIO LA Hoja