Casi siempre nuestros contrincantes y enemigos son una bendición encubierta, ya que al pretender superar a nuestro competidor nos esforzamos para mejorar y nos obligamos a sacar lo mejor de nosotros mismos. Tarde o temprano aprenderemos el dulce y liberador encanto del perdón, perdonando a nuestros enemigos soltamos de nuestro ánimo el pesado lastre del rencor, perdonando nos encaminamos hacia el ilimitado territorio de la sabiduría.
En un gran número de países reina de hecho el “bipartidismo”, y no es extraño que esto suceda, ya que consideramos esta circunstancia como una consecuencia de la “ley de polaridad”, todo lo existente posee su contracara o dualidad, la creación se manifiesta en un aparente abanico de “pares de opuestos”, frío-calor, alto-bajo, alegría-tristeza, euforia-depresión, masculino-femenino, enemigo-amigo, unitarios-federales, republicanos-demócratas, peronistas-antiperonistas. A mayor equilibrio menor oscilación, los extremos se tocan en su potencial desequilibrante, por esto en el mundo político los imperialismos cometieron crímenes y aberraciones similares, están emparentados en el fundamentalismo irracional e intemperante. En estos principios de existencia universal se originó la magistral “tercera posición” del General Juan Perón. Ni el capitalismo salvaje y deshumanizante de los Estados Unidos, ni el totalitarismo opresor de la ex Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas; sí un Justicialismo humanista y cristiano que pugna por la integración del hombre con el hombre más allá de las diferencias circunstanciales. No podemos dejar de pensar que la tercera posición peronista es un equilibrio perfecto entre dos polos contrapuestos en un mismo afán de opresión de los pueblos, el justicialismo eleva al hombre como sujeto y verbo de protagonismo creador en ilimitados ideales de fraternidad. El equilibrio es alejarse de la oscilación pendular inestable para sujetarnos a un orden interior que se emparente con el “camino medio” de la acción meditada. En términos políticos la tercera posición del GENERAL.
Máximo S. Luppino
Publicado en el DIARIO LA Hoja
0 comentarios:
Publicar un comentario