0 Colombia - Venezuela

¡La guerra es siempre la peor opción!, y como León Gieco entona: “…la guerra (…) es un monstruo grande y pisa fuerte toda la pobre inocencia de la gente…”

Entre las balas y los bombardeos el dolor se entrona en la tierra, la fertilidad se oculta y los cultivos  mueren…El espectro del hambre y la enfermedad persiguen vorazmente a los pueblos buenos ensañándose con los niños y los abuelos, los dos extremos más débiles del ciclo del hombre; es que para la guerra TODOS somos víctimas, cual  un engendro voraz deglute la armonía y el progreso, exigiendo odio y venganza sobre las ruinas del padecimiento.

El equívoco puede estar cerca, conviene alejarlo con buena voluntad y sentido común. Los diferendos deben ser superados con celeridad para que la maquinaria de la estupidez deje de ser funcional al mal. VENEZUELA y COLOMBIA, dos naciones hermanas que deben marchar JUNTAS hacia el progreso y la felicidad de sus pueblos.

Todo aporte para la PAZ es posible, desde nuestra propia voluntad de desear LO CORRECTO como una obligación para con la vida. LATINOAMÉRICA, “nuestra patria grande”, es un ideal que tenemos que afianzar con la unión y el progreso, disipando toda sombra de enemistad entre nuestras naciones.

Las guerras parecen comenzar por intereses en pugnas, y es en parte realidad; pero la verdad más profunda nos indica que la ignorancia, la separabilidad  y  el deseo destructivo son los mentores de las contiendas. Siempre se gana mucho más en la mesa del entendimiento que en el campo de batalla.

¿A quién favorecería una enemistad entre países de Suramérica?

El camino es el  del desenvolvimiento cultural, la edificación solemne y sublime de nuestra identidad de continente comprometido en fundar una humanidad justa.

Máximo S. Luppino.


Publicado en el DIARIO LA Hoja el dia viernes 01/02/2008